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Entrevista. UN CAPITALISMO DIFERENTE PARA UNA SOCIEDAD DISTINTA

Hay una nueva sociedad, guiada por jóvenes, que ya han sufrido dos crisis económicas mundiales, que demanda un planeta distinto. Una tierra inclusiva, de igualdad de oportunidades y cuya meta vital no sea acumular riqueza sobre riqueza. Una Tierra que ponga en primer lugar a la Tierra.

Analistas, sociólogos, economistas han percibido que el mundo exige un capitalismo diferente, que bien pudiera estar guiado por un Nuevo Acuerdo Verde. O un Pacto Verde. La sociedad quiere vivir en un espacio donde primen los valores sociales y naturales frente a una competencia —en los mercados, el trabajo; la vida— sin libre albedrío. ¿Cómo será? ¿Es posible? ¿Qué características tiene?

Reinventar el capitalismo: ¿solución o utopía? El capitalismo ha sido el sistema económico que ha guiado al mundo durante décadas. Pero tiene enormes brechas que están agravando la desigualdad entre los habitantes del planeta. Esta forma de entender la economía, basada en la maximización de los beneficios y la injusticia en el reparto, ha cebado la crisis energética. ¿Es posible un capitalismo progresista?

Conversación. HACIA UN NUEVO ORDEN MEDIOAMBIENTAL: UNA NUEVA GEOPOLÍTICA REORDENA EL PODER EN EL PLANETA

Esos hilos invisibles que trazan la geopolítica del mundo se están tensando de una forma desconocida desde hace décadas. China es el nuevo coloso y demuestra hasta dónde puede llegar, social y económicamente, un régimen autoritario. Es el mayor emisor de dióxido de carbono del planeta (no abandona el carbón) y a la vez el principal productor e instalador de paneles solares. Ha fomentado un particular capitalismo, que ha enriquecido a una minoría, y ahora exige-obliga que devuelvan parte de esos beneficios a la sociedad. Rusia mantiene su poder y su fuerza energética en el gas natural (la energía de transición, dicen los expertos) mientras persigue por la fuerza su deseo de restaurar su antiguo orden. Al otro lado del océano, Estados Unidos busca soluciones para la desigualdad y el cambio climático como los devastadores incendios de California mientras Europa quiere hallar un lugar propio y abanderar la transformación digital, social y medioambiental. Una enorme ambición, en pocas palabras.

La geopolítica influye de una forma determinante en la naturaleza. Los conflictos bélicos afectan a las personas y a su entorno. También las necesidades energéticas de un mundo que se divide en múltiples bloques con una fuerza que no se sentía desde la Guerra Fría. La naturaleza no es un observador imparcial, también sufre las decisiones de política internacional. Hay que analizarlas.

Entrevista. BIODIVERSIDAD: UNA OBLIGACIÓN INCUMPLIDA.

Todos los países de la Tierra incumplen sus objetivos para frenar la pérdida de la biodiversidad. Es la preocupante reflexión que publicaba en 2020 (y nada hace suponer que haya ido a mejor) la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios del Ecosistema (IPBES, por sus siglas en inglés). Las causas son sencillas de señalar: el cambio climático, la contaminación, la sobreexplotación del espacio natural; la búsqueda de beneficios económicos a costa de la naturaleza. El ser humano no se comporta como una especie más en un hábitat común sino como la especie dueña de esta casa de agua y tierra de todos. No es antropocentrismo es egoísmo. Al igual que hace falta un nuevo pacto social, también urge el medioambiental.

Mesa redonda. SOLUCIONES PARA LA BIODIVERSIDAD

El planeta gira orbitando sobre sus propias contradicciones. La política de los hombres poco parece tener que ver con las necesidades de la naturaleza y su biodiversidad. Todas hablan de cambio. Pero cómo encajar, en este nuevo orden mundial, las urgencias del Hombre y las del medioambiente.

Conversación. LA ‘COTIDIANEIDAD’ DE LOS EVENTOS CATASTRÓFICOS

Si hay una capacidad que distingue al hombre es su habilidad para la supervivencia. Llevamos más de 400.000 generaciones sobre la Tierra y ha sobrevivido a toda clase de dificultades. El hombre heredó un paraíso y es su obligación dejárselo, al menos, en las mismas condiciones que lo recibió a las generaciones futuras. Por primera en vez miles de años, casi con toda seguridad, faltará a su palabra. Inundaciones, Danas, fuegos, fríos extremos, calores extremos… El planeta —por culpa del hombre— cada vez resulta más hostil. ¿Las generaciones futuras harán de esta situación una nueva normalidad? ¿Adaptarán su comportamiento? ¿De qué forma? ¿Con qué consecuencias?